Cantorales, libros de coro o libros corales
Este es uno de los contenidos que hemos querido destacar en esta tercera edición del Mapa de Patrimonio Musical en España. Aplicando el filtro "Cantorales" en la búsqueda podemos obtener un mapa con la localización geográfica de las instituciones que conservan estos grandes libros vinculados a la historia musical y religiosa de nuestro país. En la medida de lo posible, se han facilitado en la ficha enlaces directos a la descripción de documentos concretos o colecciones.
Recomendamos la consulta de los sitios recogidos en el Mapa que conservan música religiosa.
El cantoral es un documento imprescindible para la práctica diaria del canto llano en la liturgia de la Iglesia Católica y por ello se convirtieron en objetos muy demandados por los principales centros religiosos del país (catedrales, colegiatas, monasterios y conventos); así cada iglesia disponía de un número suficiente de cantorales para atender a las celebraciones litúrgicas durante todo el año, tanto de la Misa, como del Oficio Divino y otros servicios particulares. También son objetos suntuarios, por lo que su factura, la calidad de sus materiales y de las técnicas caligráficas y decorativas los convierten en una muestra del esplendor de la institución que los utilizaba. Su gran tamaño es debido a que servían para el canto colectivo y debían ser leídos a cierta distancia por el coro -compuesto por los clérigos, frailes o monjes- y para ello se situaban sobre un gran atril llamado facistol.
Los libros de coro comenzaron a utilizarse con las características que los definen muy a finales del siglo XIV, llegando a su apogeo durante los siglos XV-XVI; a partir del siglo XVII disminuyó su fabricación pero permanecieron en uso en muchos lugares hasta bien entrado el siglo XX.
Al desaparecer de la práctica del canto llano en la liturgia, estos libros dejaron de tener el mismo interés para las instituciones eclesiásticas que en otro momento destinaron grandes esfuerzos económicos a adquirirlos o a producirlos; si a esto le unimos los efectos de la Desamortización, tenemos un patrimonio que se ha ido dispersando y desatendiendo en muchas ocasiones. Por ello, junto con instituciones eclesiásticas que han conservado estos cantorales, encontramos ejemplares (completos o fragmentados) en archivos y bibliotecas públicas, colecciones, museos, aunque una parte no desdeñable ha sido destruida o reutilizada, como las numerosas hojas sueltas empleadas como cubierta para legajos o que se han convertido en objeto decorativo.
En el menú lateral proporcionamos enlaces a muchos proyectos e instituciones que nos han servido como fuente y que sin duda ofrecen información más detallada sobre este tipo de documentos, tanto por su catalogación y digitalización como por el vaciado exhaustivo de los cantos recogidos en cada uno de estos documentos musicales tan relevantes para nuestra cultura.
Añadimos también proyectos dedicados a música manuscrita medieval y a libros de polifonía, que completan el panorama de los tesoros bibliográficos vinculados con la práctica musical en la liturgia.
Invitamos a todos aquellos especialistas en este campo a que nos remitan sus comentarios, correcciones, bibliografía y noticias a través del correo musica.cdaem@inaem.cultura.gob.es