El Foco
Alicia Alonso
“Concluye el extenso ciclo “balletístico” de veinticinco funciones en el Liceo, que completa de esa forma las cincuenta operísticas. Cuatro compañías coreográficas – holandesa, polaca, checoslovaca y cubana – participaron. En la última, el ballet Nacional de Cuba intervino como estrella refulgente, admirable por la técnica y la expresión, la exquisitez de su vuelo, el encanto de su actitud, la fuerza dramática y el temperamento que no se desmesura, Alicia Alonso.” Son palabras de Antonio Fernández-Cid en ABC un nueve de mayo de 1969. El Ballet Nacional de Cuba había tenido un éxito memorable con su Giselle en aquella primera visita a España.
Alonso no venía: regresaba. Aunque sus biografías oficiales hablan de que inició sus estudios de danza en 1931, la propia Alicia Alonso recordaba en una entrevista para Radio Clásica – RNE su viaje a España en 1927, con apenas siete años de edad, y sus primeros estudios de danza española, incluso el hecho de que aquellas primeras castañuelas se conservan en un Museo. Tal vez ese eco de lo español resonara en su primer gran éxito como bailarina, en el Lewisohn Stadium de Nueva York, en 1940, estrenando junto a Nora Kaye y Jerome Robbins la coreografía de Tudor Goyescas, sobre música de Granados.
La bailarina que se revelaba en 1940 en el American Ballet Theatre de Nueva York, trabajando con Fokin, Balanchine, Massine, Nijinska… es la misma que, tras ocho años de triunfos como prima ballerina por todo el mundo, funda en La Habana el Ballet Alicia Alonso, cuya actividad hace compatible con su presencia estelar en el American Ballet y el Ballet Ruso de Montecarlo, además de participaciones en el Bolshoi de Moscú y el Kirov de Leningrado hasta 1959, año en que la llegada al poder de Fidel Castro cambia por completo su situación: el Ballet de Alicia Alonso se convierte en el Ballet Nacional de Cuba, la más brillante embajada cultural de este país, con giras por todo el mundo en las que Alicia Alonso deslumbra a los auditorios, que en ocasiones verán su trabajo también como bailarina invitada, con la Ópera de París, con el Bolshoi de Moscú…
En 1969 llega por fin al Liceo de Barcelona y desde entonces su presencia en España será continua: en 1971, Alonso recibe la Medalla de Oro del Gran Teatro Liceo de Barcelona y el Ballet Nacional de Cuba realiza una gira por diversas ciudades españolas. Con las dificultades que entraña una programación regular de grandes espectáculos de danza en nuestro país, encontraremos en los años siguientes un buen número de apariciones en Barcelona, en Sevilla, en Madrid – en 1976, en el Teatro de la Zarzuela, en un festival que incluyó también a compañías como Alwin Ailey o Martha Graham. De ahí a nuestros días, la presencia del Ballet Nacional de Cuba se ha convertido en nuestro país en una cita permanente y permanentemente identificada con el éxito: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, San Javier, A Coruña, Peralada, Las Palmas de Gran Canaria…
En 1992, se crea la Cátedra Alicia Alonso, dependiente de la Universidad Complutense de Madrid, comenzándose a impartir, por primera vez en España, unos cursos con titulación propia universitaria específica en teoría y práctica de Danza clásica. En dichos cursos Alicia Alonso impartió clases magistrales en las distintas convocatorias.
En 1998 se le concede, en España, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes.
En el año 2000 se crea el Instituto Superior de Danza Alicia Alonso dependiente de la Fundación de Danza de Alicia Alonso y adscrita a la Universidad Rey Juan Carlos donde se cursa el Grado Superior de Danza en las especialidades de Coreografía y Técnicas de la Interpretación y Pedagogía de la Danza.
En los últimos años, se han sucedido los homenajes en nuestro país; por no hacer demasiado prolija la enumeración, mencionemos dos especialmente entrañables: En octubre de 2010 en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, se le concede el premio Otoño Cultural Iberoamericano (OCIb), en una gala Homenaje coincidiendo con su 90 aniversario; y la Gala Homenaje a la que Alicia Alonso asistió de la mano de la Reina Sofía, en marzo de 2012, para celebrar el vigésimo aniversario de su cátedra de danza. El video de esa gala, junto con fotografías y estudios sobre su trayectoria en diversas revistas, puede ser consultado en la sede del CDAEM. También en esos documentos se encontrarán ecos de su relación con la danza española, gracias al legado de Antonio Gades, con quien la bailarina cubana ofreció un fascinante diálogo que cruzó sus pasos en los escenarios.
Nos corresponde, a partir de ahora, preservar la memoria de esa artista formidable que deja su nombre entre lo más importante de la Danza en el siglo XX. En esa memoria dormirá el eco de aquella niña que aprendió a tocar las castañuelas en 1927.
Alicia Alonso falleció el 16 de octubre de 2019 a los 98 años de edad en La Habana (Cuba)
© Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música (CDAEM). INAEM. 2019